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El punto que no podemos perder.


 Descubrimos que no se trata de un sistema religioso para llamarnos cristianos. Cuando descubrimos la gracia bíblica fuimos sorprendido con el amor de Dios, pero la gracia aplicada a nosotros, nos quebranto y se levantó un agradecimiento al Dios que nos salvó por gracia.  El Cristiano es  agradecido por la obra de salvación que hizo jesús por nosotros. Realmente solo merecíamos el juicio y ser condenación. Ahora bien, hay un punto que no podemos perder.


¿Cuál es el punto?
Jesús nos salvó del pecado, nos sacó del mundo, pero no para vivir en un sistema religioso que no conoce su Espíritu, y ni lo tiene.
La religión puede hablar del Dios que no tienen, de la santidad que no está en su corazón, honrar con sus labios a Dios y con el corazón lejos de Él.

  • Mateo 15.8
    Este pueblo de labios me honra;
    Mas su corazón está lejos de mí.
  • Isaías 29.13
    Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;
  • Ezequiel 33.31
    Y vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia.
  • Jeremías 12.2
    Los plantaste, y echaron raíces; crecieron y dieron fruto; cercano estás tú en sus bocas, pero lejos de sus corazones.

La religión consiste siempre en apariencia. Si se logra disfrazar lo que está mal, todo está bien,pero eso no es así.Dios ve el corazón.
1º Samuel 16.7
Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.


Lo peor que le puede pasar a alguien que dice ser  cristiano, es quedarse en la apariencia de lo que no es.  Es tener vida religiosa, pero podrido por dentro. En Mateo 23.27 Dice: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.

El punto olvidado es que no debemos quedarnos como religiosos, es caminar consciente de que no soy el juez de mi hermano, yo no debo llevar a mi hermano a juicio, sino que me llevó a mismo al trono de la gracia.
No es condenar la impureza del otro, es más velar para que la viga que tengo en el ojo no me lleve a una ceguera crítica.
Jesús nos dio el punto de vida:¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? Mateo 7:3

  • Al religioso le molesta la paja del ojo ajeno, pero la viga que tiene no la mueve.
  • Jesús nos manda que es primero nuestro propio ojo.

En Lucas 6.42 se nos da la explicación del porqué tenemos que trata con nuestro ojo primero.
¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.

El punto no es vivir en hipocresia, y no tratar con nuestros propios problemas. No es pararnos a juzgar a todo el mundo, viviendo en lo secreto oscuridad.

Ser un creyente o cristiano es estar dispuesto a que el Espíritu Santo trabaje en nosotros, mientras miramos a todos los demás con misericordia, con amor y orando por ellos.  Usted nunca tendrá una santidad que lo capacite para juzgar a otros. Debemos vivir velando por nuestra santidad, y meditando y confiando en la obra de Cristo.

El trabajo del Pastor es llevar al pueblo en la guía del Espíritu Santo a ser retados a un cambio, amar la santidad de Dios, a vivir para agradar a Dios. Entendamos lo siguiente: Cuando el Pastor suena muy directo, no es que está juzgando, es dando forma y guiando al pueblo al punto donde ellos puedan corregirse y caminar en la voluntad de Dios.

Eso es vivir en victoria, ir a un lugar donde soy retado a un cambio, donde la santidad no se ha olvidado.  No se trata de agradarnos y perdernos, es llevarnos a la vida que agrada a Dios.
El servicios no puede ser tan divertido que no nos rete a ser diferente, a vivir la gracia en amor y en santidad.
Al pastor le sería más fácil sonar como un cantor de amores, que ser la voz de Dios para que seamos edificados como la iglesia que será llevada al cielo.  En Ezequiel 33.31-33  vemos lo que nos puede pasar como predicadores o mensajeros: 31Y vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. 32Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra. 33Pero cuando ello viniere (y viene ya), sabrán que hubo profeta entre ellos.

El punto no es salir gozoso sin ningún fundamento de vida espiritual. En Marcos 4:16-17. Dice:   16Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; 17pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan

No es que no nos gocemos en el mensaje, sino que no dejemos lo fundamental que nos hace echar raíces. Es posible que estemos sembrando en pedregales y esto da como resultado cristianos de corta duración.  El punto es velar por nosotros mismo, para que no estemos sin raíces, porque vienen las pruebas que solo los que tienen raíces podrán permanecer.

Lo que quiero que entiendan es que debemos ser los primeros en velar por vosotros mismo. No ocuparnos y malgastar el tiempo tratando de cambiar al que no quiere cambiar, no condenar a la  gente,  es vivir para agradarle a Dios y orar por los demás.  Predicamos la palabra de Dios y ellas la que hará en nosotros el efecto necesario cuando lo anhelamos.

Nosotros perdemos el punto cuando nos topamos con la falta de los demás. Rápido queremos condenar, hacer juicio sin misericordia, y en Gálatas 6:1-2. Dice: 1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.

El que corrige y no puede mirarse así mismo como un ser humano que puede fallar, juzgará duramente y condenara.   Todas las complicaciones entre hermanos terminan, en la ocupación personal y velando nuestras vidas para vivir en santidad, y amando a los demás.   

Recuerde: Para que podamos equilibrar correctamente nuestra vida de santidad, nuestra vida debe ser retada a vivir en santidad, no de forma legalista, sino con el propósito de formar a Jesús en nosotros.

Viva el punto de vivir cuidándose para vivir en santidad, pero ame a todo los demás, aún más cuando usted se da cuenta que tiene ciertos niveles de separación o santidad en Dios, no se olvide de aprovechar esa santidad para orar por los demás y no para condenar porque no sean  como usted.

Pastor Abraham Luciano


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