!Qué mensaje tan fuerte! ¿Ha estado usted en una reunión donde usted reconoce que fue muy fuerte el mensaje?
Ese mensaje fuerte, está cargado de verdades crudas, que no queremos oír, ni aceptar. Las verdades son fuertes, y hay que saber cómo decirla, porque el punto no es herir, es edificar con ella. Cada vez el ambiente obliga a los predicadores, a detener la verdad, porque sus oyentes necesitan un cantor de amores, que en el momento de aplicar la verdad no las pondrán por obra. En Ezequiel 33.31–32 Dice: 31Y vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. 32Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra. La costumbre de ser deleitado en lo que se dice, no les permite a ellos entender que Dios habla en verdades fuertes. En mi opinión, a Pedro le tocó decir una de las verdades más fuerte de la Biblia. ¿Cuál fue esa verdad? Israel estaba esperando al mesías; hablar del mesías nos alargaría el tema, pero es importante decir que el mesías es el Ungido. Se esperó el reino del ungido, los profetas trajeron esas profecías mesiánicas, Israel espero y espera al Mesías. Cuando DAVID perdonó la vida de Saúl, solo le cortó la orilla del manto, y se sintió preocupado y dice en 1 Samuel 24.6 Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová. ¿Qué tiene que ver esto con verdades fuertes? Que Pedro cuando le tocó decir por el Espíritu la verdad al pueblo, le dijo que ellos crucificaron al ungido, en Hechos 2:36. Estas son verdades muy fuertes, si DAVID por una orilla de un manto, vio una gravedad, ¿cuánto más por crucificar al Mesías? El mensaje era: Ustedes mataron al mesías. !Qué mensaje tan fuerte! Hechos 2.36 36Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. El ser humano reacciona tratando de justificarse o defenderse frente a una declaración cómo está. ¿Cual es nuestra reacción en la iglesia o congregación frente a verdades fuertes? ¿Como reaccionó los que escucharon a Pedro con esta verdad tan fuerte? En Hechos 2.37–38 dice: 37 Al oir esto, se compungieron de corazón y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: —Hermanos, ¿qué haremos? 38 Pedro les dijo: —Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo, La reacción fue que se compungieron de corazón. En griego la palabra compungir es golpear o pinchar violentamente. Esa es la descripción de lo que ellos habían sentido. Ese dolor profundo, le dio paso al arrepentimiento, y en Hechos 2.41 Dice: Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. El mensaje fue fuerte, pero con una gran efectividad. Los que se habían arrepentido no es que lo hicieron el domingo y el próximos Domingo no lo volvimos a ver, o duraron dos o tres semana y ya no volvieron más. La palabra en Hechos 2.42 dice: Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. No enseñó esto para que ahora empecemos a ofender a la gente, lo que Pedro habló tan fuerte, fue por el Espíritu Santo. No confundamos el hablar en rencor, en resentimiento, en venganza, en odio, con el hablar del Espíritu Santo, porque muchos de nuestros mensajes fuertes vienen del espíritu humano. Nunca fue la intención de Pedro ofender, simplemente confrontó con la verdad en su disertación guiada por el Espíritu santo. Mi Oración es que el amor, y la gracia este entre nosotros, y que todo lo que podamos decir, sea para edificar el cuerpo de Cristo, (La iglesia). Pastor Abraham Luciano
0 Comments
|
|